el pulso sonando contra la arena, con la brisa rozando mis muslos, tu nuca, mi pecho. Con el sol. Sin amanecer, sin desayunos, sin entregar el corazón, sin desnudarse.
Ya lo pensaba T.*: "dormir es el corpus delicti del amor", por eso a mí, de momento, eso me da pánico.
*En las Cíes la conciencia de lo insoportable, de la levedad y del ser se acentúa
... a que los ciclos se cumplan y se repitan en bucles de dimensiones variables, espacio tiempo de textura guateada, relojes atómicos de exactitudes relativas, presión-precisión otra vez, como caricias. Yo espero porque el tiempo no se acelera, tendría que irme, o volver o retroceder, ¿quién lo dice o lo establece?
Mientras tanto, en lo lineal de lo evitable, juego al escondite en Madrid. Y me divierte.