viernes, 15 de febrero de 2013

Relatividad

Consistiría en mantener fijo el refugio de toda la vida y dejar de buscar uno alternativo y que creía definitivo. Podrían cambiar los ejes de la tierra y Hudiksvall variar sus coordenadas. Los relojes atómicos podrían detenerse, el tiempo relativizarse (así en el Cielo, a la altura de la ISS, en la calle Mayor, en Atocha, en mi sofá, como en la Tierra), y que las brújulas se enloquecieran. Todo cabía dentro de las posibilidades.
Ahora que tenía el mapa en las manos y podía tomar posición, sólo quería asegurarme el sitio en mi refugio eterno, y después continuar. 
Así me apetecía. "Moving west may bring us better days. We're on our way, we're on our way"


1 comentario:

Beauséant dijo...

Todos necesitamos una especie de norte que se encuentre por encima de consideraciones geográficas, ¿verdad? Algo que nos diga donde ir, o donde encontrar un refugio en el mundo, pero lejos de ese mundo...