![]() |
"Somos los herederos de un mundo resplandeciente" |
martes, 23 de junio de 2015
Lo que la calle Santa Isabel decía a nuestro paso
La belleza de lo efímero. Como lo que se autodestruye por el desgaste del tiempo en las paredes o es eliminado por la pintura gris del ayuntamiento, así lo nuestro se diluía de manera forzada esta vez, a pesar de que el cierre de la papelería nos animaba esa noche. Otro monolito al que rezarle cada día que pasara delante él, invocando un encuentro furtivo y la ascensión a lo más alto en una cápsula transparente que nos sacara de la realidad de la vida ordenada y sensata, hasta que desapareciera. Una oración en días aleatorios, por los siglos de los siglos, jugando a lo improvisado. Otro templo en escombros con el que me cruzaría algún día.
domingo, 24 de mayo de 2015
Templos
Fuera totalmente de lo habitual, llegué puntual a una cita. Con mi margen de error corregido e incluso con minutos ganados, aproveché para darme un breve paseo por la Gran Vía cuando, en la esquina con San Bernardo, descubrí que habían quitado los bancos. Mi banco. El banco donde me había sentado borracha y había mandado un mensaje en inglés sumida en lo más oscuro de mi alma una noche de primavera de hace varios años. Después vendría él, F., a rescatarme con un beso y una mirada que ahora que pienso no era de enamorado.
Pensé entonces que ya era de hacer como el Ayuntamiento y ejercer el derecho al derribo y desescombro y de documentar, con ánimo de curar y limpiar heriditas que ya apenas supuraban, todos los templos elevados en memoria de amores que ya no estaban. Supondría la liberación y una especie de ritual de despedida. El momento, básicamente, de dejar la pendejada.
Pensé entonces que ya era de hacer como el Ayuntamiento y ejercer el derecho al derribo y desescombro y de documentar, con ánimo de curar y limpiar heriditas que ya apenas supuraban, todos los templos elevados en memoria de amores que ya no estaban. Supondría la liberación y una especie de ritual de despedida. El momento, básicamente, de dejar la pendejada.
Ya no había recuerdo porque ya no estaba el banco donde lo pasé tan mal. #desescombrandotemplos |
miércoles, 20 de mayo de 2015
SUE
Hoy hace un año que soñé con un grafitero y se lo dije al día siguiente cuando lo vi subido
en un andamio pintando un mural. La honestidad de los sueños llevada a la vigilia tiene ese
no sé qué de emoción, de vida que tienta la suerte, de incertidumbre de andar por casa, de
ganas de caerte de la cama y eso, no despertar.
en un andamio pintando un mural. La honestidad de los sueños llevada a la vigilia tiene ese
no sé qué de emoción, de vida que tienta la suerte, de incertidumbre de andar por casa, de
ganas de caerte de la cama y eso, no despertar.
![]() |
SUE en los Muros de Tabacalera:."La perspectiva es un invento para vender cuadros" |
I know places
Likke Li - I know places
Suscribirse a:
Entradas (Atom)