martes, 14 de diciembre de 2010

La controladora y el aeronáutico

Esta mañana un avión de Airfrance cruzó el centro de Madrid y pasó delante de la ventana del salón. Reconocible. Se acordó entonces de aquel anuncio,  de Hope Sandoval y su voz susurrante, de Mazzy Star y de las noches en Bogotá, el frío, las caricias, el tequila, más...
Si todas las casualidades de estos días tuvieran un sentido, debería irle pidiendo explicaciones a quien corresponda. Como si de una venganza del canino hace un año difunto que la castigó durante la última semana con deseos no resueltos, la Viuda decidió pasar la tarde en casa de un desconocido aeronáutico desde cuya habitación se veía el cielo de Madrid con colores. Y hubo aviones que cruzaron. Y, además, silencio.