jueves, 5 de abril de 2012

Las estanterías y el viento

Ahí estaba Toru Watanabe observando mientras Midori se deleitaba en deseo y visiones estrafalarias. Un reloj detenido a las seis menos veinte, la casa y la cara de J., cambiante, desde la excitación, la crispación y los nervios, iluminado a menos de medio camino de tocar la luz.
Midori detenida, Toru Watanabe siguiendo dónde ponía el otro las manos. Era tal el silencio...


A la mañana siguiente yo jugaba a volar cometas



1 comentario:

Beauséant dijo...

ains, tokio blues, ¿verdad?

lástima que luego este hombre aprendiese que no hacía falta trabajarse las historias para vender libros :)

en la foto no queda claro si vuelas la cometa o te elevas con ella, por cierto.