lunes, 12 de marzo de 2012

Tormentas solares

El pronóstico anunciaba tormentas y auroras boreales a disposición del turista. Allí me fui. Volvimos casi a la vez a Hudiksvall, desembarcando cada uno por nuestra cuenta. La misma cama, el mismo hotel, el mismo paisaje al otro de la ventana. Los pies que se rozan, el sol que sale mucho más pronto que la última vez. Se terminó el verano, nos despedimos en otoño, pasó el invierno, con sus letargos de amores y pasiones, y se adivina la primavera, así, con partes meteorológicos de mucho más allá del cielo.


1 comentario:

Beauséant dijo...

me gusta cuando las historias se alargan entre varias entradas y todo parece tener sentido, aunque al final nada lo tenga, en eso la literatura, supongo, imita a la vida...